¿Has oído hablar de la higiene postural?

Posiblemente, la respuesta sea sí. Pero, ¿sabemos realmente como conseguirla? ¿qué consecuencias puede traernos no tener una buena higiene postural?

Definición:

En primer lugar, vamos a definirla. Llamamos higiene postural, a la manera correcta y adecuada de realizar cualquier trabajo, movimiento o posición. Una buena higiene postural, evitará lesiones a largo plazo o molestias en nuestro cuerpo. Principalmente, el fin de mantenerla, será reducir y prevenir la carga excesiva y los daños en nuestra columna vertebral durante las actividades que realizamos en el día a día.

 

Pautas básicas para conseguirla:

  • Al estar de pie, la cabeza debe mantenerse en el plano horizontal. Deben evitarse los giros excesivos del tronco. Si hay que realizar giros o torsiones, se llevarán a cabo con movimientos de caderas y rodillas,  no con la columna lumbar.
  • La carga del peso corporal, deberá ser equilibrada.
  • Evitar la antepulsión de los hombros que favorece la cifosis dorsal.
  • Evitar permanecer de pie en la misma postura durante mucho tiempo.
  • Agacharse apoyando una mano en la rodilla evitando la flexión completa de la espalda al recoger objetos pequeños del suelo.
  • Evitar flexionar la espalda al levantar peso.
  • Colocar el peso, lo más cerca posible de la columna y separar los pies para aumentar la base de sustentación.
  • Siempre que tengamos que elevar un objeto pesado, flexionaremos las rodillas y las caderas.
  • A la hora de trabajar sentados, la altura de la mesa debe quedar aproximadamente a la altura de los codos para evitar inclinar demasiado el cuerpo hacia delante. La silla ideal, debe ser giratoria y con respaldo graduable para respetar la forma de la columna. Deberemos evitar cruzar una pierna sobre la otra y las rodillas, deberán estar ligeramente más altas que las caderas.
  • A la hora de dormir, intentar evitar hacerlo boca abajo. Hacerlo de lado con las rodillas flexionadas o boca arriba con una almohada bajo las mismas. Es importante también, utilizar un colchón firme.

Todas estas pautas, deben estar integradas en nuestro día a día. Existen disciplinas como el Pilates o los abdominales hipopresivos que ayudan a conseguir esta integración. Son disciplinas que trabajan mucho sobre la propiocepción corporal y aportan la flexibilidad, la fuerza y el tono necesario para conseguir mantener una postura adecuada durante todo el día.

En Clínicas Om, te asesoramos y valoramos para indicarte cual es el método que más te conviene.

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