La importancia del glúteo medio a la hora de correr

Si sois corredores habituales o estáis empezando a serlo, debéis tener en cuenta la importancia del glúteo medio. La debilidad de la cadera, y en particular de este músculo, está directamente relacionada con diversas lesiones deportivas de la extremidad inferior. Su papel es clave en el desarrollo de la carrera y por ello queremos profundizar sobre dicho músculo.

 

¿Dónde está el glúteo medio?

El glúteo medio es un músculo en forma de abanico. Es más profundo que el glúteo mayor y más superficial que el glúteo menor. Tiene su origen a lo largo de los tres cuartos anteriores de la cresta iliaca y aponeurosis glútea y distalmente se inserta en el trocánter mayor del fémur.

 

¿Qué función desempeña?

Se trata de un músculo fásico y dinámico que tiende a la debilidad y la flacidez. Dichos efectos se producen porque es solicitado únicamente en movimiento. La principal función de este músculo es la estabilizar la pélvis durante la fase de apoyo monopodal de la marcha o la carrera e impide que la pelvis del lado contrario caiga. Es decir, que un glúteo medio izquierdo débil hará que la pelvis del lado derecho, que no está apoyando, caiga o se incline excesivamente y viceversa. Para llevar a cabo la acción muscular, el glúteo medio trabaja en sinergia con el glúteo menor, el tensor de la fascia lata y en menor medida con el sartorio, piramidal y glúteo menor. Estos músculos, resultan afectados secundariamente si padecemos una debilidad del glúteo medio.

 

El Síndrome del corredor

Entre las lesiones que pueden generarse por el mal desempeño del glúteo medio está el “Síndrome del corredor”. Esta lesión afecta a un gran número de corredores. La inserción distal del tensor de la fascia lata, también conocida como cintilla iliotibial, se irrita. Suelen aparecer molestias en el lateral externo de la rodilla irradiando el dolor hacia la cara anterior de la rodilla o incluso subir hacia la cadera.

Cuando existe una debilidad del glúteo medio, el tensor de la fascia, ayuda a la estabilización de la pelvis, haciendo un trabajo excesivo para el que no está diseñado. Esta situación origina la consiguiente sobrecarga y crea una restricción de todo el tejido que provocará molestias en la rodilla debido a la fricción que se producirá en el tendón a nivel distal.

Por todo ello, recomendamos incluir en tu plan de entrenamiento el fortalecimiento y la reeducación del glúteo medio. Conseguirás mejorar la estabilidad pélvica y el equilibrio, mejorando así la técnica de carrera.

 

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