¿Es bueno soportar el dolor?

Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, lo define como \»una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial\». Se estima que es el causante del 80% de las consultas en el médico en nuestro país.

¿Cómo se da esta reacción?

Somos capaces de sentirlo debido a que en nuestro cuerpo poseemos unos nociceptores (cutáneos, musculo-articulares y viscerales) que responden a los estímulos externos. Estos estímulos pasan por unos mecanismos discriminativos y afectivos y llegan a los centros superiores de nuestro cerebro mediante unas vías nerviosas aferentes. De esta manera notamos  la sensación que conocemos como dolor.

¿Existen diferentes tipos de dolor?

Por supuesto, existen diferentes tipos en función de diversos factores que detallamos a continuación:

  • Debido al tiempo que llevamos padeciéndolo: agudo o crónico (cuando ha pasado ya más de 3 meses).
  • Por su afectación al sistema nervioso: neuropático o nociceptivo.
  • En función de la constancia: se reproduzca de manera continua o intermitente.
  • Por la sensación: sordo, profundo, eléctrico, difuso, localizable a punta de dedos entre otros.

Por tanto, lo principal es saber diagnosticarlo debido a su carácter subjetivo, ya que es un síntoma que nos avisa de que algo está pasando en nuestro cuerpo.

¿Es normal mi dolor diario y debo soportarlo?

Lo primero de todo es saber la etiología de ese dolor. Si viene por un factor mecánico, postural o dinámico. Y saber diagnosticarlo de manera correcta siguiendo las señales que manda el cuerpo.

Es necesario sentir esta sensación desencadenada del sistema nervioso, pero cuando se alarga en el tiempo o nos limita en nuestras actividades diarias debemos de entender que algo en nuestro cuerpo no está bien y actuar en consecuencia.  El dolor puede llamar a más dolor, por ejemplo: una molestia nos puede limitar un movimiento o incapacitarnos, lo que puede provocar patologías secundarias que no venían del síntoma inicial pero se han perpetuado por nuestro comportamiento al protegernos de la sensación del dolor.

Destacar que el dolor oncológico sigue otras pautas distintas.

Y cuando vas al fisioterapeuta, ¿es bueno soportar el dolor?

Cuantas veces hemos oído la expresión, “cuanto más duela mejor, eso es que es un buen profesional”. Pero nada más lejos de la realidad. Tenemos que entender que sí, si tocas algo que nos duele, va a provocarnos un ligero dolor por que estamos tratando sobre una estructura que tiene sintomatología. Pero, por otro lado, si sentimos mucho dolor durante la sesión, nuestro cuerpo se va a proteger y su medida de defensa va a ser contraerse más, por lo que nos puede provocar una tensión en otra zona o evitar que el tratamiento sea igual de efectivo al contraerse la musculatura superficial y profunda. Por lo tanto, cuando vamos al fisioterapeuta por una patología, sí tenemos que notar el tratamiento, pero no sufrir en el intento.

Con la radiofrecuencia de Humar Tecar se ha demostrado que gracias a su efecto termoactivante durante la sesión, y el efecto que produce a nivel holístico en el cuerpo, la sensación de dolor durante y posterior a la sesión consigue una mejoría razonable de la sintomatología del paciente.

Por tanto, ¿es bueno sentir dolor?

La respuesta es sí, ya que nos avisa que algo está pasando en nuestra musculatura, articulaciones y órganos, pero es un aviso del cuerpo al que debemos hacer caso y tratarlo. Siendo este tratamiento notorio, pero no desagradable.

 

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