La dispareunia se define como la presencia de dolor o molestia antes, durante o después de mantener relaciones sexuales. En algunos casos este tipo de dolor también se presenta al ponerse un tampón durante la menstruación.
¿Sabías que la dispareunia es una de las disfunciones de suelo pélvico que mejor responden al tratamiento de fisioterapia con un porcentaje de mejora del 100%?
Últimamente, acuden a consulta muchas mujeres con este tipo de dolor, aunque no es el motivo principal de consulta.
¿Te duele la zona perineal al mantener relaciones sexuales?
Siempre es recomendable aclarar que NO es normal tener dolor en la zona vaginal mientras mantenemos relaciones, ni a causa de estar en proceso menopáusico ni por haber sido madre: ni el embarazo ni el parto son motivos de ello.
Los principales factores que pueden influir en sufrir dispareunia son la sequedad vaginal, episiotomía, posición uterina, nivel de estrógenos o alteraciones del suelo pélvico como la hipotonía o la hipertonía (vaginismo).
Dentro de la consulta lo más común es encontrarnos con episiotomías dolorosas que no se han tratado nunca y también con la hipertonía del suelo pélvico o vaginismo.
En cualquier caso, si hay dolor en la penetración o simplemente si existe dolor en la zona vaginal, es aconsejable acudir a un fisioterapeuta especializado para valorarlo y tratarlo.
En el post de hoy vamos a hablar del vaginismo.
La dispareunia y el vaginismo
El vaginismo es una contracción involuntaria e inconsciente de los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina, el músculo pubococcígeo, provocando el cierre total o parcial de ésta y causando dolor, ardor o molestia durante la penetración, al intentar ponerse un tampón o incluso en las revisiones ginecológicas.
Tipos de vaginismo:
- Primario: Cuando una mujer nunca ha sido capaz de mantener relaciones sin dolor, provocado por la contracción de la musculatura que rodea a la vagina.
- Secundario: Aquellos casos en los que la mujer ha mantenido una vida sexual normal, pero ha sufrido algún trauma físico o psíquico en algún momento de su vida, como un parto, violación, cirugía o cambios hormonales que originan un espasmo muscular
Síntomas:
Dependerá de la intensidad de la contracción de los músculos del periné y puede ir desde una sensación de ardor hasta el cierre total de la vagina.
Esta contracción involuntaria puede producirse durante todo el acto sexual o aparecer repentinamente mientras mantiene relaciones sexuales.
- Ardor, picor y tensión durante el acto sexual.
- Dolor, en mayor o menor medida que pueda dificultar o imposibilitar la penetración.
- Incomodidad persistente ante la posibilidad de mantener relaciones sexuales.
- Dolor sexual continuo de origen desconocido.
- Dificultad o incapacidad total de insertar un tampón.
- Dificultad para someterse a una exploración ginecológica.
- Posibilidad de insertar un tampón o llevar a cabo una exploración ginecológica pero incapacidad de mantener relaciones sexuales.
- Posibilidad de penetración, pero incapacidad de tener un orgasmo por la tensión a sufrir dolor.
Causas del vaginismo
- Causas psíquicas:
- Temor al dolor, quedarse embarazada, no estar a la altura, rechazo.
- Ansiedad o estrés por experiencias negativas, traumas emocionales.
- Problemas de pareja, desconfianza, desapego.
- Traumas debido a abusos sexuales o violencia de género.
- Experiencias represivas en el entorno familiar o religioso.
- Educación sexual inadecuada.
- Causas físicas:
- El parto doloroso y difícil, cesáreas, abortos, episiotomía.
- Cambios hormonales y menopausia
- Falta de lubricación o estimulación previa.
- Cirugías pélvicas
- Violación, abusos o ataques físicos o sexuales
- Algunos medicamentos
Tratamiento
En algunas patologías de suelo pélvico es aconsejable que el tratamiento combine fisioterapia y psicología y el vaginismo es una de ellas ya que se combinan causas físicas y psíquicas.
El tratamiento principalmente trata de reeducar a la musculatura del suelo pélvico para que responda de manera adecuada ante los estímulos sexuales.
Por lo tanto, en el tratamiento combinamos:
- Anatomía y ejercicios para identificar los músculos del suelo pélvico.
- Técnicas de contracción-relajación como la respiración diafragmática, ejercicios de Kegel inverso, etc.
- Dilatadores vaginales.
- Biofeedback mediante electroestimulación (Phenix®)
- Radiofrecuencia Human Tecar® para ayudar a relajar la musculatura pélvica.
- Implicación de la pareja
- Ejercicios domiciliarios.
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