Tendinitis de aquiles, una lesión difícil de prevenir

La tendinitis de Aquiles es causada por someter a tensión repetitiva o intensa al tendón de Aquiles, una banda de tejido que conecta los músculos de las pantorrillas (gemelos y sóleo) con el hueso del talón (calcáneo). Dicha lesión es habitual en deportes que predominan la carrera y/o salto o en personas sedentarias de mediana edad.

El dolor habitualmente comienza de forma lenta en los primeros pasos de la mañana o tras levantarnos tras un largo periodo sentados y se localiza en la parte posterior de la pierna o arriba del tobillo. En deportistas duele durante los primeros pasos de la actividad, despareciendo durante la misma y quedándose resentido al finalizar.

¿Cuáles son los factores de riesgo de la tendinitis de aquiles?

Padecer una lesión como esta puede tener numerosos factores de riesgo. Algunos de los más comunes son:

  • Aumento súbito en la cantidad o intensidad de una actividad.
  • El uso de tacones altos.
  • Deportistas de fin de semana.
  • Morfología del pie, habitual en pie plano.
  • Obesidad y/o rigidez muscular.
  • Correr en terreno irregular.
  • Algunos tipos de antibióticos, llamados «fluoroquinolonas», se han relacionado con tasas más altas de tendinitis de Aquiles.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

El tendón de Aquiles puede tener varias patologías entre las cuales podemos encontrar:

  • Tendinitis: Inflamación del tendón.
  • Tendinosis: Degeneración del tendón.
  • Bursitis: Inflamación de las bursas, las cuales son bolsas llenas de líquido que se encuentran entre los huesos y el tendón ayudando a éste a deslizarse con mayor facilidad.
  • Ruptura del tendón de Aquiles: Desgarro de la parte posterior de la pierna.

Al igual que otras patología, no atender a las señales de alarma de nuestro cuerpo pueden acarrear consecuencias más graves. Las complicaciones pueden deberse a un debilitamiento del tendón y hacerlo más propenso a un desgarro o rotura. En este caso estaríamos ante una lesión más dolorosa que habitualmente necesita reparación quirúrgica.

¿Cómo podemos prevenir esta lesión?

Si bien puede no ser posible prevenir la tendinitis de Aquiles, hay ciertas precauciones que reducen el riesgo de padecerla. Algunas consejos que podemos tener en cuenta son:

  • Aumenta tu nivel de actividad de manera gradual.
  • Evita las actividades que provoquen un esfuerzo excesivo para tus tendones, como carreras de montaña.
  • Escoge tu calzado cuidadosamente.
  • Haz estiramientos todos los días.
  • Fortalece los músculos de las pantorrillas.
  • Haz entrenamientos cruzados. Alterna actividades de alto impacto con actividades de bajo impacto.

¿Cómo puede ser el enfoque de la fisioterapia para esta lesión?

Tal y como indicamos en otros artículos, el enfoque fisioterápico se centrará en el tratamiento de la lesión, el fortalecimiento de la zona afectada y la reeducación del paciente. Por ello podemos indicar cuatro grandes frentes y objetivos a cumplir durante el tratamiento.

  1. Terapia manual para bajar la inflamación del tendón y la posible sobrecarga de la musculatura.
  2. Protocolo de ejercicios excéntricos con carga progresiva para adaptar al tendón y aumentar la fuerza.
  3. Recuperar el rango de movimiento tanto del tobillo como de articulaciones colindantes.
  4. Educar al paciente en cuanto a posibles factores externos que estén perpetuando la lesión.

 

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