Si por algo se caracteriza esta época estival es por el temido resfriado común. Este hecho se traduce en la mayor causa de absentismo y disminución de la productividad durante este periodo. Así como en un aumento en la venta de productos sin receta médica como suplementos con altas dosis de vitamina C que se repite año tras año.
Por ello, en este artículo nos disponemos a estudiar la relación entre la vitamina C y la función inmune. Nuestra finalidad es contrastar y comprobar con rigor científico la utilidad suplementación con altas dosis de vitamina C es cierta.
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C es un potente antioxidante soluble en agua. Este proporciona al sistema inmunológico un impulso mediante el aumento de linfocitos T, fagocitos, leucocitos, anticuerpos e interferones. Otro de sus efectos puede ser explicado por el importante papel que desarrolla contra el estrés oxidativo generado durante las infecciones.
Dicho componente no es producido de manera endógena por el cuerpo humano, necesitamos introducirla a través de la dieta. Por ello se trata de un componente dietético esencial.
Los estudios indican que una dosis de 2000mgr al día es una dosis segura y que podemos obtenerla mediante la alimentación. Por ello alimentos como frutas y verduras frescas, especialmente los cítricos, son fuentes estupendas para alcanzar el aporte necesario de vitamina C.
¿Qué dice la ciencia sobre la eficacia de la vitamina C frente a los resfriados?
Los resultados obtenidos en los últimos estudios y revisiones bibliográficas que se han llevado a cabo concluyen que en la administración de dosis de vitamina C de 0,2 gr/día no se observaron ninguna mejoría sobre la prevención del resfriado común. (referencia revisión sistemática 2013)
Sin embargo, se encontró que su suplementación regular en personas con alto estrés físico (corredores de maratón, esquiadores y soldados), sí que disminuyó la incidencia del resfriado común en un 50%.
Así como se comprobó que la suplementación regular de vitamina C, a una dosis media de entre 1-2 gramos diarios, dieron como resultado una significativa reducción del 8% para los adultos y del 14% para los niños de la severidad de los síntomas.
En definitiva, no parece razonable suplementarse con megadosis de vitamina C para prevenir la incidencia del resfriado común. Sino que una dieta equilibrada rica en frutas y verduras cubrirá nuestras necesidades de dicha vitamina. Sí que podemos beneficiarnos de su efecto en la disminución de los síntomas propios del resfriado.
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