La actividad física es una de las principales herramientas que tenemos para combatir la obesidad y el sobrepeso. Sin embargo, a la hora de comenzar a practicarla de forma habitual, no todas las personas están en condiciones de realizar cualquier tipo de ejercicio. Especialmente, si no lo han hecho hasta ese momento, ya que su capacidad cardio-pulmonar se va a ver limitada. Del mismo modo, sus músculos y articulaciones no van a estar acostumbrados a la sobrecarga que implica el deporte.
Por lo tanto, para iniciarse no vale cualquier ejercicio y de cualquier manera. Debe estar adaptado a la situación y a la persona. De igual forma, debe incluir una reducción en el sedentarismo. Al mismo tiempo, tiene que combinarse con una alimentación adecuada.
Todo esto indica la necesidad de consultar con un especialista. Se debe diseñar un plan progresivo de actividad física atendiendo a las características individuales y a la situación física. Realizar actividad física en conjunto con una dieta equilibrada permitirá gastar más energía y consumir menos. Esto revertirá en el balance positivo de energía que ha dado lugar al desarrollo del sobrepeso.
También hay que tener en cuenta que al realizar actividad física incrementamos nuestra síntesis de músculo. No sólo “quemamos” nuestras reservas, sino que creamos nuevo tejido que el día de mañana consumirá más energía. De ahí que no debamos entender como único parámetro en el seguimiento nutricional el peso. Será mucho más adecuado valorar la composición corporal mediante el empleo de tecnología específica como puede ser la tecnología BioTekna.
¿ Cómo comenzar?
Como regla general, en las personas obesas o con sobrepeso, el ejercicio debe realizarse en sesiones de un mínimo de 30 minutos de duración. Lo ideal, es que se realicen de tres a cinco sesiones a la semana. De esta forma, se ocuparán un total de entre 150 y 300 minutos semanales. Debemos incluir el ejercicio como una tarea más de nuestro día a día. Se trata de algo que hacemos por salud, al igual que nos lavamos los dientes y nos duchamos. El deporte debe ser entendido de forma similar, y no debe convertirse en algo esporádico del fin de semana que sea completamente incoherente con nuestras posibilidades.
¿ Qué tipo de ejercicio debo hacer?
En cualquier caso, a la hora de elegir el tipo de ejercicio a realizar, hay que centrarse en primer lugar en aquellos deportes que no supongan un fuerte impacto sobre las articulaciones. Así podremos minimizar el riesgo de sufrir lesiones y traumatismos. En esta línea se encuadran actividades físicas individuales, como la natación, el ciclismo o el spinning, el senderismo, las pesas, o diferentes disciplinas de gimnasia, como pueden ser el pilates o el aerobic.
No es menos importante a la hora de elegir el tipo de ejercicio que se va a practicar, tener en cuenta los gustos personales. Esto será una motivación añadida y ofrecerá una mayor satisfacción personal. Cuando se haya perdido peso, y se haya mejorado la condición física, será el momento de plantearse ir un poco más allá. Incluso probar otros deportes de mayor intensidad para mantenerse en forma.
Para finalizar, es importante recordar que no hay que obsesionarse con perder peso de forma rápida. Hay que evitar dietas estrictas o deporte excesivo que pueda poner en riesgo nuestra integridad o facilite lesiones. Al igual que no se consigue tener sobrepeso de un día para otro, ocurre lo mismo a la hora de perderlo.
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