Con motivo del día mundial de la nutrición, os queremos hablar de una de las especializaciones que está cogiendo más fuerza en los últimos años, la Nutrición Ortomolecular. Esta rama se centra en proveer al organismo de las vitaminas, minerales y aminoácidos que no obtiene de los alimentos. Sin embargo, son elementos necesarios para su correcto funcionamiento. Trata de administrar en una dosis fisiológica, para que no lleguen a ser perjudiciales para el organismo, aquellos micronutrientes que nos ayudan a mejorar y mantener el estado de salud.
Es importante puntualizar que los nutrientes que incorporamos a nuestra dieta como complemento siempre se obtienen de forma natural. Los obtenidos artificialmente quedan totalmente descartados. Además, un profesional debe ser quien decida cuál de ellos estarían recomendados en cada caso, dependiendo de nuestras carencias. Cada uno tenemos unas necesidades específicas.
Objetivo de la nutrición ortomolecular.
El objetivo de la nutrición ortomolecular es conseguir el equilibrio orgánico que garantice un estado de salud óptimo. Así nos lo explican en el Instituto de Nutrición Celular Activa (INCA). Para lograrlo, actúa sobre dos frentes:
- Investiga los mecanismos bioquímicos a través de los cuales son asimilados y metabolizados los nutrientes. Estos nutrientes, son indispensables para el correcto funcionamiento del organismo. Además, valora de qué manera su carencia provoca desórdenes fisiológicos en él.
- Pone en práctica técnicas terapéuticas y preventivas. Esto lo hace utilizando sustancias normalmente presentes en el organismo (vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, ácidos grasos esenciales y fitoquímicos). Junto con otras terapias, aborda el tratamiento de diversas enfermedades o patologías.
Conclusiones.
Al hablar de nutrición ortomolecular, nos puede surgir la duda de por qué no podemos obtener estos nutrientes de forma natural a través de la dieta. Y es que la nutrición ortomolecular nos explica que debido a los métodos de cultivo industrializados que se utilizan hoy en día, la calidad de los alimentos empeora considerablemente. Se recogen cuando todavía estén verdes para que no lleguen maduros al punto de venta, lo que no les deja que adquieran todos los minerales y vitaminas. Además, el trasporte y almacenamiento deteriora los pocos nutrientes que les quedan. Por ese motivo, aunque nuestro consumo de verduras y frutas sea alto, en muchas ocasiones no llegamos a los mínimos necesarios para cubrir nuestras necesidades.
Sólo consumiendo productos 100% biológicos nos aseguraríamos recibir el máximo de nutrientes posibles de cada producto. Estos productos nos garantizan que el ciclo completo de maduración ha sido respetado.
Otro de los factores por los que podemos sufrir un déficit de nutrientes en nuestro organismo (vitamina C y zinc principalmente), es el estrés. El estrés provoca un agotamiento de las reservas, siendo fundamental el aporte extra de estos nutrientes para lograr el equilibrio en nuestro medio interno.
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