La silla de Pilates, también conocida como Stability Chair, es la máquina de Pilates más pequeña que existe. Se trata de una pieza muy versátil y robusta con la que podemos trabajar una gran cantidad de ejercicios. Como ocurre con toda máquina de Pilates, el trabajo en ella podrá ser adaptado en función del nivel del cliente y del objetivo que queramos conseguir.
Existen varios tipos de sillas. La más usada, tiene dos pedales que pueden trabajar unidos o separados. Cada pedal tiene dos muelles de distinta tensión los cuales pueden ser colocados a una altura u otra en función de la tensión que queramos buscar (4 alturas distintas). En líneas generales, trabajaremos con muelles de menos intensidad para fortalecer la musculatura estabilizadora. Si por el contrario queremos fortalecer la musculatura global o movilizadora, utilizaremos los muelles más fuertes.
En cuanto a la posición en que se puede trabajar sobre ella, podremos hacerlo sentados, tumbados boca abajo, en cuatro apoyos o de pie.
Beneficios del trabajo de silla:
Es un aparato ideal para fortalecer rodillas, piernas, caderas y glúteos, así como para trabajar el control y la alineación. Podemos realizar una gran variedad de ejercicios, ofreciéndonos la posibilidad de trabajar principalmente el centro (los abdominales) de manera intensa, pero también tonificando espalda, piernas y brazos.
Al poder trabajar con los pedales separados, podremos enfatizar en el trabajo de estabilización, equilibrio y propiocepción.
¿Quién puede trabajar en la silla?
Al igual que el resto de equipamiento de Pilates, la silla nos ofrece la posibilidad de adaptar el trabajo en función del cliente.
Es ideal para clientes que tengan contraindicado tumbarse boca arriba (supino) o estén incómodos en dicha posición. Puede ser el caso de personas con sobrepeso, que sufran de vértigos, con tensión alta, embarazadas en los últimos meses de gestación, personas de la tercera edad… Existe un amplio repertorio de ejercicios en otras posiciones en la silla que nos ayudará en estos casos.
Si por el contrario el cliente tiene una condición atlética avanzada, podremos retarle con la variedad de muelles, posiciones etc. Es ideal para ejercicios específicos más funcionales. Por ejemplo, en corredores se podrá trabajar el equilibrio y la inestabilidad de pie, consiguiendo así una mejora posterior en la práctica de la carrera.
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