Intenciones, deseos, propósitos… son etiquetas para todo aquello que por el inicio de año queremos comenzar o dejar de hacer. Sin embargo, tal y como indicamos en el título, os proponemos que este año el fin sea adquirir hábitos.
Nuestro cerebro está diseñado para moldearse a lo largo de nuestra vida. Simplemente el tiempo y el esfuerzo para crear de una actividad un hábito es el que conseguirá que nuestro cerebro lo aprenda y lo establezca como algo instintivo.
¿Cómo adquirir el hábito de hacer deporte?
Si nuestro propósito es comenzar a hacer ejercicio, es cierto que a priori no parece un objetivo muy difícil de conseguir, después de todo, la mayoría lo hemos intentado más de una vez. Lo complicado es conseguir realizarlo de forma constante, es decir, convertirlo en un hábito. Para esto, os proponemos tres indicaciones:
-
Define un objetivo claro y realista
“Hacer ejercicio” es un término que puede abarcar muchas posibilidades y puede adaptarse según las preferencias individuales de cada uno. Por ejemplo, hacer ejercicio puede ser: correr, montar en bicicleta, patinar, caminar, ir al gimnasio, nadar… No todas las formas de ejercicio son iguales, por lo que lo principal es definir qué es lo queremos hacer exactamente.
Cuando queremos adquirir el hábito de hacer ejercicio, lo primero que debemos tener en cuenta es ser realistas y pensar en uno que de verdad podamos realizar. De nada sirve proponer una meta muy ambiciosa y renunciar al poco tiempo.
-
Haz un plan: organiza tus metas y registra tus avances
No hay que plantearse solo qué ejercicio voy a hacer, también hay que preguntarse dónde, cómo y cuánto tiempo lo voy a hacer. Además de cuestiones como en qué momento del día o qué necesito para hacerlo.
Es importante planificar todos los aspectos necesarios y elegir un programa de entrenamiento sólido. Contar con un profesional que nos guíe y resuelva nuestras dudas, puede hacer que esta tarea sea más fácil. Dentro de la programación, establecer metas concretas y registrar los avances que vamos consiguiendo es una buena herramienta para ser constante a la hora de hacer ejercicio.
-
Busca recompensas
El ejercicio por sí solo ya tiene una recompensa: los múltiples beneficios que aporta a nuestra salud, sobre los que ya hemos hablado anteriormente. Sin embargo, es probable que al principio esto no sea suficiente y que solo seamos capaces de ver aspectos negativos. Por esto, proporcionar una pequeña recompensa puede ser de gran ayuda a la hora de adquirir el hábito.
Hay que intentar elegir una recompensa saludable y acorde con nuestros objetivos. De esta manera será una motivación para conseguir adquirir el hábito. Si la recompensa fuese comer alimentos poco saludables, que sin hacer ejercicio no hubiéramos comido, estaremos poniendo más piedras en el camino.
Una recompensa positiva es la que nos ayuda a ser más disciplinados. Un buen ejemplo podría ser pasar un rato con un amigo, de tal manera que el hecho de buscar y encontrar un compañero de entrenamiento haga que nos motive y ayude a la hora de ponernos en marcha.
Leave feedback about this