Las vacunas

La Semana Mundial de la Inmunización, tiene como objetivo poner en marcha las acciones colectivas necesarias para garantizar la protección global frente a las enfermedades que pueden prevenirse con vacunas. Evitaría, de aquí al año 2020, millones de muertes por enfermedad gracias al acceso mundial a las vacunas.

Bajo el lema: “Protegidos colectivamente, #Las vacunas funcionan”, se anima a toda la población, a redoblar sus esfuerzos por incrementar la cobertura vacunal por el bien común.


Objetivos de la Semana Mundial de la Inmunización:

  • Destacar la importancia de la inmunización a nivel mundial y las deficiencias que existen al respecto.
  • Hacer ver a los países el valor de la vacunación y lo importante que es invertir en las mismas.
  • Promover entre la población el uso de las vacunas como un deber y no como una opción.
  • Poner a disposición de toda la población mundial, la posibilidad de acceder a la vacunación.

Para alcanzar los objetivos es necesario ampliar el acceso a la vacunación. La inmunización sistemática es un pilar fundamental de la Atención Primaria y de la cobertura sanitaria universal. Esto garantiza desde el comienzo de la vida del niño un desarrollo saludable durante toda su vida.

¿Por qué son tan importantes las vacunas?

Las vacunas también tienen un papel fundamental en el control de ciertas enfermedades infecciosas. La contención de la resistencia a los antibióticos, la atención prenatal, natal y la salud del adolescente. Los profesionales sanitarios, las sociedades científicas y los gobiernos, deben participar para que los pacientes estén protegidos frente a enfermedades potencialmente mortales.

A pesar del claro papel preventivo de la inmunización y sus grandes beneficios, (humanos y económicos), en el mundo hay más de 19 millones de niños no vacunados o vacunados de forma incompleta. Esto se traduce en un alto riesgo de contraer enfermedades potencialmente mortales. “Uno de cada 10 de estos niños nunca llega a recibir ninguna vacuna y probablemente nunca haya tenido contacto con el sistema de salud “, dice la OMS.

Al vacunar al individuo o a un colectivo, protegemos de algunas enfermedades que pueden ser mortales o incapacitantes. Muchas de estas enfermedades han desaparecido o están controladas gracias a la vacunación, pero si dejamos de vacunar estas enfermedades podrían reaparecer.

En los países desarrollados hemos perdido el miedo a padecer ciertas enfermedades, cuestionando el uso de las vacunas y poniendo el foco en los efectos adversos que producen. Si ponemos en una balanza los riesgos y beneficios de la vacunación, estos últimos siguen siendo muy positivos por lo que está fuera de lugar generar dudas al respecto. Cuando éramos conscientes de las secuelas que provocaban ciertas enfermedades (sarampión, viruela, poliomelitis, etc), nadie se planteaba si vacunarse o no.

Mitos y leyendas al respecto de las vacunas:

  • Las vacunas contienen químicos nocivos como anticongelante, fenol, formaldehído, aluminio y plomo. Sí es cierto que muchas vacunas contienen sustancias químicas, pero en cantidades tan mínimas que no se pueden considerar tóxicas.
  • Las vacunas debilitan el sistema inmunitario. Las vacunas no solo no debilitan el sistema inmunitario, sino que lo fortalecen.
  • El sistema inmune del niño necesita desarrollarse solo. En el niño hay que vacunar pronto ya que su sistema inmune esta más receptivo y es en edad temprana cuando podemos proteger de futuras infecciones. En los mayores el sistema inmunitario es más lento por lo que tienen mayor riesgo de enfermar.
  • Las vacunas producen alergias. No solo no producen alergias, sino que te protegen de ellas.
  • Las vacunas provocan autismo. Rotundamente falso. Esta creencia fue alimentada por un estudio que se demostró fraudulento en los años noventa y posteriormente múltiples estudios han destacado la falsedad de dicha creencia.
  • Es decisión de cada uno vacunarse o no ya que la decisión solo afecta a uno mismo. Las vacunas protegen a todos, no solo a un individuo. Las vacunas producen una inmunidad colectiva de la que participamos todos.
  • Hay una conspiración por parte de las farmacéuticas. Vale que las farmacéuticas ganan dinero con las vacunas, pero de ahí a que sean malas para nosotros…
  • Las vacunas son una forma de experimentar con nosotros. Las vacunas pasan unos controles muy importantes y aprobar el uso de una de ellas puede llevar años. Igualmente, aquellas que producen efectos secundarios imprevistos son rápidamente retiradas del mercado.

El escepticismo surgido en torno a las vacunas ha provocado un repunte del sarampión en Europa, las paperas en EEUU y Brasil y la difteria en Bangladesh, permitiendo nuevos y más peligrosos brotes de unas enfermedades que ya estaban bajo control. Así mismo, los esfuerzos para erradicar la polio se han visto obstaculizados por las campañas de desinformación.

Dada la gravedad, la Comisión Europea, ha puesto en marcha una iniciativa para mejorar la comunicación en cuanto a los beneficios de los programas de vacunación.

Ninguna vacuna tiene una eficacia del 100%,pero al negarnos a la vacunación pasamos a ser responsables de un aumento de la morbilidad y mortalidad mundial. Esto es, simplemente, inaceptable.

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