El ciclismo es una de las actividades deportivas más comunes hoy en día. Su práctica es apta en todos los grupos de edad. Es una actividad accesible, con muchos beneficios sobre diferentes sistemas del cuerpo, como pueden ser el cardiovascular y el músculo-esquelético. Sin embargo, no es una actividad deportiva exenta de lesiones, como vamos a ver a continuación.
Podemos clasificar las lesiones que se producen con más frecuencia en este deporte en dos grandes grupos: las que ocurren de forma traumática ante una caída y las que están asociadas con la postura y la repetitividad del gesto deportivo (la pedalada).
Lesiones traumáticas.
La velocidad a la que se desarrolla este deporte provoca que el riesgo de accidente o caída sea más elevado que en cualquier otro. Las lesiones más frecuentes producidas como consecuencia de una caída son las fracturas. Éstas suelen ser más comunes en el miembro superior que en el inferior. La clavícula y el escafoides son los huesos que más se fracturan debido a la posición que adopta el brazo para prepararse ante la caída. Las luxaciones en articulaciones como la acromio-clavicular o el codo también se producen de forma frecuente. Por otra parte tenemos los traumatismos craneoencefálicos. Se producen en los accidentes de mayor gravedad. Pueden llegar a suponer el 2% de las muertes que se producen cada año en la carretera. Si bien es cierto, que su incidencia se ha reducido últimamente debido a la obligatoriedad del uso de casco.
Lesiones no traumáticas.
Constituyen la mayoría de las lesiones del ciclista y pueden afectar a cualquier región anatómica. La causa más frecuente es la sobrecarga asociada a la postura de la bicicleta y la repetitividad de la pedalada. Las más comunes son:
- Lesiones de los tendones: Las tendinopatías en los ciclistas se desarrollan con más frecuencia en los tendones del miembro inferior. Pueden darse el tendón rotuliano, en los tendones de la pata de ganso o del bíceps femoral,en la cintilla iliotibial y en el tendón de Aquiles. En muchos casos, estos problemas ocurren como consecuencia de una mala posición encima de la bicicleta. Por ejemplo, por una altura inadecuada del sillín o una rotación inadecuada de los pedales.
- Lesiones de la columna: La cervicalgia es frecuente debido a la posición inclinada del ciclista para poder obtener un rendimiento aerodinámico mayor. Las lumbalgias son menos frecuentes pero también pueden aparecer. Igual que antes, factores como una longitud inadecuada del manillar, pueden ser co-responsables de la aparición de estos problemas.
- Lesiones rotulianas: En el movimiento de la pedalada, la rótula sufre una gran presión contra el fémur por la contracción del cuádriceps. Dicha presión, puede aumentar o disminuir en función del grado de flexión de la rodilla. A mayor flexión, mayor compresión. Además de provocar molestias, podrá desembocar en una condromalacia. Una altura inadecuada del sillín puede aumentar el riesgo de aparición de esta patología, por lo que corregirla es imprescindible.
- Lesiones del miembro superior: Las sobrecargas en las manos pueden producir patologías como el síndrome del túnel carpiano (comprensión del nervio mediano). Estas pueden provocar hormigueos en los tres primeros dedos de las manos y pérdida de fuerza en el pulgar.
- Lesiones perineales: Son consecuencia fundamentalmente del apoyo sobre el sillín y las largas horas de entrenamiento. La sudoración por el esfuerzo puede producir irritación de la piel. La fricción puede llegar a provocar alteraciones en otras estructuras sensibles, provocando prostatitis o uretritis, e incluso alteraciones de la sensibilidad perineal y disfunción sexual por disminución de la erección y parestesias.
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