La nutrición infantil

La nutrición infantil es un problema de gran importancia en estos días, como hablábamos hace unas semanas en nuestro post sobre la obesidad infantil. En este post queremos guiaros sobre los alimentos, cantidades, formas de preparado… y la frecuencia con la que debemos consumirlos para llevar una dieta sana y variada.

Frutas, verduras, y mucho más.

Además de no aburrirnos por comer siempre los mismo, la variedad es indispensable para que el aporte nutricional que recibe nuestro cuerpo no tenga ninguna deficiencia.

También debemos tener en cuenta la forma de prepararlos ya que de ello puede depender la pérdida de gran parte de los nutrientes principales de cada alimento.

Los farináceos:

Entendemos por farináceos aquellos hidratos de carbono procedentes de los cereales como pan, pasta, arroz, mijo o copos de cereales, y de tubérculos, como patata o boniato (batata).

La elección del tipo de producto y de su origen o composición tiene un gran calado en el efecto que producen a nuestro cuerpo. Algunas de las recomendaciones a tener en cuenta son:

  • El 70% debe ser integral (cereal sin refinar)
  • Evitar el trigo y el maíz
  • Minimizar el gluten
  • Elegir preferiblemente productos ecológicos
  • Pan con masa madre
  • Evitar horneados por encima de 200ºC

Un ejemplo del racionamiento sería:

  • Desayuno: 2 rebanadas de pan de espelta (2R)
  • Comida: una ración (1R), como primer plato, de fideos. Arroz, legumbre o patata
  • Merienda: un bocadillo pequeño (1R)
  • Cena: patata cocida, guisantes o zanahorias (1R)

Las verduras y hortalizas:

Sin duda son los alimentos sobre los que se debe sustentar gran parte de nuestra dieta. Las verduras u hortalizas deben ser siempre el plato principal y la guarnición del segundo pudiendo prepararlas en forma de puré, enteras, cocidas o al vapor o crudas en ensalada

Frutas (100 – 125grs. / 2 piezas)

En el caso de las frutas, nuestras recomendaciones son piezas enteras y sin piel. Los zumos y licuados son una opción fácil y cómoda pero la pérdida de la fibra que aporta a la dieta los hace una opción a evitar en mayor medida. En los niños debemos intentar aumentar las frutas y verduras con contenido elevado en vitamina C y pueden ser un magnifico recurso para la merienda y la media mañana.

Los productos lácteos:

Los productos lácteos más beneficiosos son el queso fresco, queso curado de oveja y el yogur eco desnatado natural sin azúcar (recomendado por sus efectos probióticos que favorecen la salud intestinal). Hacemos gran hincapié en evitar todos aquellos productos lácteos que llevan consigo una gran parte de grasas añadidas que en poco benefician el estado de salud de nuestros hijos.

Si existiese intolerancia a la lactosa, podemos sustituir cada ración de éstas por dos raciones de proteína, tanto animal como vegetal, para evitar una carencia o mal nutrición.

Las proteínas:

La cantidad aconsejada por ración es entre 60 y 100 gramos o un huevo, debiendo ingerir 2 raciones al día. Entre las proteínas recomendadas, destacamos las carnes blancas (pollo, pavo, cordero, conejo, ternera), el pescado y los huevos.

En niños con déficit de hierro, debemos complementar la dieta con hígado, paté…

Las grasas (10 gramos = 1 cucharada de AOVE)

Aunque denostadas por su asociación a una mala alimentación, la ingesta de grasas saludables es clave para una dieta correcta. Su consumo diaria estaría comprendido entre 3 y 5 raciones, pudiendo optar por el consumo de pescado azul o aceita de oliva virgen extra como principales fuentes de grasas “buenas”.

Finalmente es igual de importante beber agua diariamente para evitar casos de deshidratación.

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