Incontinencia fecal, un tema tabú

La incontinencia fecal consiste en una pérdida del control anal, cuyo resultado es la pérdida de las heces sin control esfinteriano. Aunque puede darse en cualquier etapa, tiene mayor prevalencia en la infancia y en mujeres de mediana edad.  

 El tema de la incontinencia fecal, dentro del marco social en el que vivimos, nos produce cierta vergüenza a la hora de tener que comentarlo con profesionales de la salud, lo que va en detrimento del paciente, puesto que es un problema que nos limita en muchas de nuestras actividades de la vida diaria y nos puede llegar a provocar cierta depresión e ira. Éste control esfinteriano es el encargado de reproducir los estímulos que transmiten al cerebro la sensación de llenado del recto y también aporta información sobre la expulsión de las heces.

¿Cuál es su causa?

Tenemos que entender que la incontinencia fecal no es una enfermedad, es un síntoma que consiste en la pérdida del control intestinal, pudiendo venir esta por diferentes motivos tales como:

Estreñimiento crónico

el déficit de la defecación, provoca que el esfínter, los nervios y la musculatura se llegue a dañar o debilitar, por el esfuerzo excesivo que se realiza para expulsarlo. Por otro lado, las heces se endurecen y pueden provocar obstrucción del conducto anal, lo que supone pérdidas de heces líquidas que pasan a través de ese tapón de heces.

Diarreas continuas

las diarreas irritan considerablemente el tracto rectal lo que empeora las fugas debido a las evacuaciones líquidas.

Daño nervioso

un déficit del impulso nervioso puede provocar una mala conexión, en especial en los reflejos que notan la presencia en los esfínteres, provocando la pérdida de las heces sin conciencia sobre ello. El daño nervioso puede darse por traumatismo o por ciertas enfermedades como la esclerosis múltiple, la diabetes, lesión medular o espina bífida entre otras.

Debilidad de la musculatura esfinteriana

puede deberse a diferentes motivos, entre ellos está la elongación de la musculatura por desuso, o tras el parto que exista una distensión de la parte posterior.

Debilidad del impulso nervioso

por compresión desde zona sacra.

Rigidez de la pared abdominal

que crea adherencias o compresión de la zona intestinal

Postquirúrgicos

por daño de la zona rectal, siendo la hemorroidectomía la cirugía más común

Modificaciones anatómicas

como en el caso de prolapsos rectales o rectocele por vía vaginal, e incluso alteraciones del aparato digestivo en problemas intestinales.

Por tanto, la causa de la incontinencia es variable, un buen diagnóstico sobre su etiología ayuda a la mejoría de los síntomas y evita que vaya empeorando el cuadro clínico.

¿Qué puede hacer un fisioterapeuta por mí?

Si presentas alguno de los síntomas, no te de reparo acudir a un fisioterapeuta especializado en ginecología y coloproctología, ya que te puede ayudar a mejorar los síntomas de incontinencia fecal. Es importante destacar que la musculatura del suelo pélvico, la sinergia de la musculatura y una buena alimentación juegan un papel importante en la rehabilitación de la incontinencia. Para ello se usan diversos métodos como:

  • Biofeedback mediante el Phenix®
  • Electroestimulación intracavitaria.
  • Radiofrecuencia Human Tecar® para relajar musculatura y ayuda a quitar las posibles adherencias, siempre acompañado de movilizaciones intestinales.
  • Ejercicios propioceptivos para el control voluntario y posteriormente involuntario, al igual que ejercicios progresivos de potenciación de la zona.
  • Dieta guiada por Biotekna®

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