En fisioterapia cuanto más dolor mejor, ¿mito o realidad?

Rotundamente mito. La fisioterapia, como profesión sanitaria, busca no hacer daño al paciente usando técnicas que resulten eficaces de la forma menos agresiva posible intentando evitar sufrimiento innecesario.

Sin embargo, hay ciertas lesiones traumáticas que requieren técnicas invasivas que provocan respuestas enérgicas y producen dolor. Eso no es malo, pero debe ser controlado y dentro de unos límites. El dolor es, a veces, inevitable durante la sesión pero esto no está relacionado con la calidad del tratamiento, la mejor o peor evolución ni nuestra categoría como fisioterapeuta.

El problema viene cuando algunos pacientes valoran el trabajo del profesional y la evolución del tratamiento en función del dolor generado y esto es un gran error. Hay quien acude al fisioterapeuta reclamando que le haga daño con la falsa creencia que necesitan \»una buena paliza\» para recuperarse mejor.

“Aprieta más”, “yo es que si no me voy hecho polvo no mejoro”, “tengo un fisio super bueno que hace que se me salten las lagrimas”… Estas son algunas de las frases que podemos escuchar en boca de nuestros pacientes y que nos es muy difícil hacerles cambiar de parecer. El sufrimiento durante la sesión de fisioterapia no indica que se haya trabajado mejor o que la recuperación sea más rápida.

Es importante la comunicación entre fisioterapeuta y paciente. El fisioterapeuta debe explicar al paciente el tratamiento que va a realizar y las consecuencias del mismo. Así como las sensaciones que el paciente va a tener. El paciente, por su parte, debe explicar en todo momento lo que siente, por poco importante que parezca. Así como cuál es la zona dolorida y cómo va evolucionando.

Esta comunicación debe suceder durante el tratamiento y posterior a el. Esto permitirá al fisioterapeuta adecuar el tratamiento para una mejor evolución.

Conclusión

Resumiendo, Fisioterapia y dolor: tener claros los límites. Puede aparecer dolor en algunas técnicas aplicadas, pero hay que conocer los límites y características del dolor. No debemos usar el dolor como un medidor de calidad ni de evolución positiva y en todo momento debe haber una buena comunicación fisioterapeuta-paciente. Hay que dejar a un lado las creencias erróneas ya que no se ha demostrado que el empleo de técnicas dolorosas tenga una mayor efectividad que técnicas más suaves.

Y tú ¿eres de los que piensas que a mayor dolor mejor es la mejoría?

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