Entrenamiento en montaña: Pros y contras

Cuando tenemos la posibilidad, podemos elegir realizar nuestra rutina de entrenamiento en la montaña. Este hecho nos permite variar aspectos como la ruta , la superficie por la que corremos, la inclinación…

Ya sea correr en la montaña o practicar senderismo, nos va a suponer diferentes adaptaciones.

Beneficios del entrenamiento en la montaña

Uno de los principales beneficios de este entrenamiento es el desarrollo de la fuerza muscular. Debido a correr por terrenos irregulares y zonas inclinadas, nuestra musculatura tiene que trabajar en distintos ángulos. Esto ayuda a ejercitar de forma más eficiente la musculatura de las piernas y fomenta su hipertrofia muscular. Al mismo tiempo, supone un fortalecimiento extra para los tendones, principalmente los de Aquiles. En este sentido, la propiocepción es otro de los sistemas que vamos a mejorar al ejercitarnos en terrenos irregulares a los que nos tenemos que ir adaptando continuamente, ya que este esfuerzo implica que poco a poco aumentemos nuestra capacidad de respuesta ante una inestabilidad.

Por otra parte, la superficie por la que corremos en la montaña, que generalmente será tierra, es un buen terreno para correr o caminar ya que amortigua el impacto y nos ayuda a conservar mejor las articulaciones. Además, las buenas vistas y un aire de mejor calidad nos permitirán cuidar más nuestros pulmones al evitar los contaminantes y aire viciado de las ciudades. Hacer deporte en este entorno es un buen momento para disfrutar de la naturaleza, e incluso nos puede ayudar a conservarla.

Precauciones del entrenamiento en la montaña

Como hemos visto realizar deporte en la montaña requiere más esfuerzo y por ello más aspectos a tener en cuenta. Es importante conocer el estado de la ruta que vamos a realizar, ya que al ser una zona natural, se encontrará más expuesta a las inclemencias del tiempo. Por ello, podríamos sufrir algún percance si no vamos por un camino determinado.

Otro aspecto importante es la preparación de la musculatura y articulaciones para evitar posibles lesiones. Además, debemos graduar los esfuerzos a los cuales nos exponemos para no sobrecargar al cuerpo. Ya que realizar entrenamientos por superficies inclinadas por encima de lo que nuestro cuerpo está preparado, puede provocarnos lesiones diversas.  De hecho, una lesión habitual provocada en estos casos es la tendinopatía aquílea. No debemos olvidar que el entrenamiento por suelos irregulares puede hacernos recaer en antiguas lesiones.

Finalmente, es recomendable llevar la ropa adecuada y todas las provisiones necesarias. Dentro de esto, un aspecto importante es llevar el calzado adecuado para el tipo de suelo al que nos vamos a enfrentar.

 

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