Condromalacia rotuliana

La condromalacia rotuliana o condropatía rotuliana es una de las patologías de rodilla más comunes tanto en la consulta de traumatología como de fisioterapia. No entiende de edad y se produce por la inflamación de la parte posterior de la rótula como consecuencia del desgaste o fisura en el cartílago articular.

El cartílago articular está formado por condrocitos que dan lugar a una superficie que tapiza la zona ósea de la articulación cuya función es amortiguar el roce entre las articulaciones durante el movimiento. El cartílago no está vascularizado por lo que se nutre por osmosis a través de la sustancia extracelular. La rótula forma parte de la articulación de la rodilla junto con el fémur y la tibia.

¿Cuáles son los síntomas de la condromalacia?

  • Dolor: suele aparecer en la cara anterior de la rótula durante ciertos movimientos o tras pasar tiempo en reposo e iniciar un movimiento.
  • Inflamación.
  • Ruidos articulares durante los movimientos de flexo-extensión.
  • Limitación de movimiento.
  • Inestabilidad rotuliana y disminución de la capacidad funcional.
  • Atrofia muscular: rigidez a la flexión y extensión de rodilla.
  • Debilidad muscular: fundamentalmente del vasto interno.
  • Cansancio.

En muchos casos los síntomas no son proporcionales al grado de afectación del cartílago y no todo dolor en la cara anterior de la rodilla es producido por la condromalacia.

La presencia de los síntomas ya citados junto con la elaboración de la historia clínica nos puede hacer sospechar de condromalacia rotuliana. Una radiografía o una ecografía nos pueden dar información de utilidad, pero es la resonancia magnética la que nos permitirá ver el estado del cartílago.

Muchos pacientes con dolor femoropatelar tienen una resonancia sin hallazgos de condropatía. En otros casos en los que la prueba es positiva, los pacientes carecen de síntomas.

¿Existen diferentes tipos de condropatía?

La condropatía se clasifica según el grado de afectación del cartílago:

  • Grado 1: se produce un reblandecimiento del cartílago y hay edema. El dolor es leve, no constante.
  • Grado 2: hay una pequeña alteración del cartílago. El dolor es más intenso.
  • Grado 3: se produce una afectación profunda del cartílago y una importante inflamación. El dolor es muy agudo.
  • Grado 4: hay una pérdida del cartílago articular, el dolor es incapacitante y se produce una gran inflamación e inestabilidad articular.

Factores que intervienen en el desarrollo de la condromalacia

  • Edad: a mayor edad, mayor desgaste.
  • Factores genéticos.
  • Factores estructurales: una mala alineación de la rótula, mucha pronación, genu valgo
  • Traumatismos repetitivos o posibles fracturas.
  • Mala vascularización.
  • Infecciones.
  • Ciertas enfermedades como la artritis o la osteocondritis.
  • Actividad: a más uso, más desgaste.
  • Obesidad: exceso de peso sobre la rodilla.
  • Sedentarismo.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento para la condropatía puede ser conservador o invasivo. Dentro del tratamiento conservador la fisioterapia tiene un papel importante. El tratamiento dependerá del grado en que se encuentre la lesión teniendo como objetivo principal aliviar el dolor, fortalecer la musculatura y trabajar la propiocepción. No solo consistirá en técnicas pasivas (masaje, estiramientos, vendajes, punción seca, etc.) sino trabajo activo mediante ejercicio terapéutico para trabajar las posibles descompensaciones musculares y el déficit propioceptivo.

Hay que recurrir al tratamiento invasivo, quirúrgico, cuando el tratamiento conservador no de resultados positivos. Antes de la cirugía y después de la misma, la fisioterapia también tiene una función destacable.

Dentro del tratamiento también podemos encontrar la administración de AINES, ácido hialurónico, plasma rico en proteínas o cultivo de condrocitos.

Ciertos productos como el cartílago de tiburón, el colágeno, glucosamina y condroitina que se venden como regeneradores de cartílago no tienen ninguna base científica por lo que su única función es el placebo.

Hay algunas medidas que puede tomar el paciente que le pueden ayudar en la recuperación: hacer ejercicio de bajo impacto, aplicar frío local y evitar posturas prolongadas de flexión o extensión máximas.

En resumen: la condromalacia rotuliana sucede por un desgaste articular progresivo con el paso de los años, pero esto no significa que cualquiera con este diagnóstico tenga que tener dolor. En ningún caso ante un diagnóstico de condromalacia debemos plantear al paciente una vida sedentaria.

 

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