¿Calor o frío cuando hay una lesión?

Cuando queremos disminuir los síntomas de una lesión o aliviar un dolor,  elegir entre aplicar calor o frío nos podrá generar dudas. Para solucionarlo, vamos a explicaros cuándo y cómo debemos aplicar cada uno de ellos.

¿Cuándo aplicamos calor a nuestra lesión?

La termoterapia o calor es un agente físico que podemos aplicar como tratamiento de una lesión siempre que haya pasado la fase aguda o inflamatoria de la misma. Normalmente sucede pasados los tres primeros días tras la lesión. Al aplicar calor en una zona determinada del cuerpo, se produce una reacción de vasodilatación, es decir, un aumento de la luz de los vasos. Esta situación provoca un incremento de la llegada de sangre a esa zona, por lo que también disminuye la presión arterial. El aporte de sangre a una zona lesionada, que ha pasado la fase inflamatoria, ayuda a nutrir y a oxigenar los tejidos dañados, mejorando así la reparación de los mismos. Al mismo tiempo el calor tiene un efecto relajante sobre la musculatura y de alivio de la fatiga muscular.

¿Cómo se aplica el calor? De manera general, el tiempo de aplicación del calor local debe ser aproximadamente de unos 20 minutos. Siempre habrá que tomar ciertas precauciones, como tener cuidado de no quemar nuestra piel sin darnos cuenta. Debemos notar un calor intenso pero agradable que no provoque la aparición de quemaduras.

¿Cuándo aplicamos frío a nuestra lesión?

​​La crioterapia o frío se aplica durante la fase inflamatoria de cualquier lesión. Esta fase comprende desde que acaba de producirse hasta el tercer día después. Al contrario que el calor, el frío provoca una reacción de vasoconstricción, es decir, una disminución de la luz de los vasos. Durante este proceso ayudamos a reducir el aporte de sangre a una zona determinada. Esta situación ayuda a contener la inflamación y evita que se acumulen sustancias oxidativas. Se impide la muerte de las células que se encuentran cerca de la lesión. Igualmente el frío tiene un efecto analgésico, por lo que disminuye la sensación de dolor.

Lo recomendable cuando aplicamos frío es realizar varias aplicaciones al día de aproximadamente diez o quince minutos. Entre las distintas aplicaciones deberá transcurrir al menos una hora. La precaución más importante a tener en cuenta es no usar directamente el hielo o gel frío sobre la piel, ya que se podría generar una quemadura por frío. Lo más recomendable es interponer una toalla o tela entre ambos.​

 

 

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