El tono muscular y sus alteraciones: hipertonía e hipotonía

Trastornos del tono muscular

El tono muscular es el estado permanente de contracción parcial, pasiva y continua de los músculos. Se trata del estado de reposo de los músculos que ayuda a mantener la postura corporal acorde para cada movimiento.

El mantenimiento del tono no requiere de esfuerzos. Se regula mediante la actividad inconsciente del Sistema Nervioso (SN). Esta función tónica le proporciona la propiedad de regular la actividad permanente del músculo. Esto hace que la musculatura del cuerpo esté preparada para responder a las múltiples demandas de la vida.

El momento del día, el ejercicio realizado o la edad influyen en la musculatura. De esta manera, el tono muscular se reduce mientras dormimos debido a la relajación. Sin embargo, vuelve a incrementarse al despertarnos por la mañana. Igualmente, los músculos se encontrarán más tensos después de realizar ejercicio.

Alteraciones del tono muscular

El tono muscular se evalúa en Fisioterapia gracias a la palpación. Con el paciente relajado se pueden palpar los diferentes músculos para ver si el tono corresponde a la condición de normalidad o hay algún defecto.

Cuando el tono muscular no es el correcto se pueden dar las siguientes alteraciones en el mismo: la hipotonía y la hipertonía.

Hipotonía o hipertonía:

  • La hipotonía es la disminución del tono muscular. Esto provoca que la elasticidad del músculo sea excesiva y su consistencia sea blanda. En estos casos, las articulaciones no se encuentran bien fijadas (aún con el músculo contraído). Al moverlas apreciamos flacidez y un movimiento muy amplio. Cuando se da esta alteración podemos encontrarnos con problemas como una debilidad muscular, incapacidad para mantener la postura, dolor muscular, lesiones de los tejidos blandos por falta de estabilidad muscular, etc.
  • La hipertonía es todo lo contrario. El aumento anormal del tono muscular  produce un estado de rigidez en los músculos. Este estado hace que las articulaciones se encuentren fijadas a menudo en posturas anómalas. Al intentar moverlas, notemos cierta resistencia. La hipertonía por su parte puede provocar movimientos descontrolados, músculos tensos con contracturas, incapacidad para la marcha, articulaciones en posición de flexión, roturas musculares, etc.

En ambos casos la causa puede encontrarse en el propio músculo o en cualquiera de las estructuras nerviosas que controlan el tono.

En el caso de la hipotonía, la actividad física moderada es la mejor herramienta de la que disponemos para aumentar el tono muscular hasta el nivel normal, mejorando así la condición física general de la persona y previniendo posibles lesiones. Actividades como la natación, caminar, pilates o el entrenamiento de la fuerza y la resistencia bajo la supervisión de un profesional cualificado, son ejemplos con los que se puede comenzar a tonificar la musculatura de forma segura.

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