¿Cómo afectan nuestras emociones a la salud?

La relación mente-cuerpo es un nexo inexcusable. A día de hoy, ya vamos siendo conscientes en la medicina tradicional de que las emociones tienen una relación directa sobre ciertos síntomas o enfermedades que padecemos.

Por ejemplo, muchos dermatólogos ya advierten que numerosos problemas de la piel tienen su origen en problemas o desordenes psicológicos. Así como enfermedades que evidentemente empeoran cuando pasamos por un pico de estrés. Alguna ejemplos son la psoriasis o la dermatitis.

Otro de los ejemplos más comunes son los problemas relativos al aparato digestivo. Dolencias como las úlceras de estómago o duodeno están relacionado con trastornos de ansiedad, depresión o estrés del paciente.

Por lo tanto, existe suficiente evidencia dentro de la medicina tradicional para relacionar numerosas enfermedades o afecciones con las alteraciones emocionales. En ocasiones este hecho puede llegar a provocar que nuestro organismo no responda al tratamiento.

 

La somatización y el trastorno psicosomático

La somatización consiste en convertir de manera inconsciente un trastorno psíquico en una dolencia física. Puede ocurrir que un paciente llegue a presentar una lesión músculo-esquelética real, con sintomatología a lo largo de varios años (crónica) y que dichos síntomas estén asociados a factores psicológicos y emocionales. Este fenómeno es conocido como trastorno psicosomático.

Los trastornos psicosomáticos pueden incluir enfermedades como eczema, psoriasis, dermatitis, alopecia, asma bronquial, trastornos linfáticos, gastritis crónica, úlceras estomacales, estreñimiento, colon irritable, hipertensión, hipertiroidismo, diabetes, enfermedad del corazón, tortícolis, cefaleas tensionales e infertilidad psicógena.

La medicina oriental lleva 3000 años estudiando esta relación entre las emociones y el sistema músculo-esquelético y visceral.

 

¿Cómo lo abordamos en fisioterapia?

Para el tratamiento debemos encontrar un equilibrio entre el tratamiento físico y el emocional. Nunca debemos olvidar que a la consulta asisten pacientes, seres biopsicosociales. Si el fisioterapeuta observa que la lesión osteo-muscular puede tener una connotación emocional, deberá sugerir un tratamiento multidisciplinar. De esta manera el tratamiento se complementará de profesionales como psicólogos y psiquiatras.

La fisioterapia ayudará con la afectación del sistema músculo-esquelético y visceral, y la psicología se ocupará de la relación con la parte emocional, sin la cual será imposible erradicar la disfunción.

“Si no encontramos la causa, el origen, es muy probable que el problema vuelva”

Cuanto más conscientes seamos de nuestros sentimientos y emociones, más probable será que sepamos cómo afrontarlos de la manera adecuada para no hacer enfermar nuestro cuerpo. Aunque no se tenga consciencia de algunos sentimientos, el cuerpo siempre nos mandará señales que, si estamos atentos, podremos interpretar con la ayuda de nuestro terapeuta.

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